El instinto de conservación me grita que no escriba esto, que cuando llegue el holocausto zombie será matar o morir (no literalmente matar, tal vez, pero sí "dejar morir"), y que mientras más sobrevivientes, más competencia. Pero en realidad, si bien es cierto que una de las máximas del superviviente postapocalíptico es "no ayudar al prójimo", en ninguna parte se especifica que eso signifique "tratar de joder al prójimo".
Así que aquí están algunos apuntes sobre el tema, y espero que nadie se convierta en un francotirador loco, porque en el holocausto zombie los enemigos son, principalmente, los zombies.
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¿Qué hacer ANTES?
En seguida detallaremos algunos de los pasos a seguir una vez que los muertos recorran las calles, pero por el momento dediquemos unas líneas al menospreciado arte de la previsión.
Ciertamente, el holocausto zombie puede pillarnos en cualquier parte. En el baño de un pub. En un vagón del metro. En medio de la cordillera. En cualquier parte. Lo mejor que podemos hacer al respecto es conocer nuestro entorno, las entradas y salidas, las rutas aledañas a los lugares que más frecuentamos, la presencia o ausencia de farmacias, ferreterías, talleres mecánicos, supermercados, comisarías, etc. Esto ayudará a que, en el momento de la huida inicial, lleguemos lo antes posible a nuestro refugio predilecto (o a un refugio, al menos). A la vez, puesto que una ciudad infestada de cadáveres cerebrófagos no es fácil de explorar, podremos economizar cualquier salida "a la superficie" conociendo de antemano nuestro destino a saquear.